"NEcesarias PALabras" (Libro solidario pro NEPAL)


NEcesarias PALabras

Cuando ocurre una catástrofe —natural o no—, a muchas personas se nos remueven las tripas y se nos entristece el corazón. Pero hay algunas que van más allá: hacen. Y este es el caso de todos los autores que están entre las páginas de este precioso libro.

Tras siete meses de trabajo ve la luz "NEcesarias PALabras-Antología Solidaria". Editada por UNARIA EDICIONES.

La Antología es multilingüe ya que muchos de los poemas han sido traducidos a otros idiomas: catalán, inglés, rumano, portugués, árabe, nepalí ...

El libro recoge los trabajos solidarios de más de 44 autores, y lleva una veintena de ilustraciones en color realizadas por niñas y niños del Colegio Público Conde de Campillos de Cehegín-Murcia.

Esta Antología nace tras el "Festival Solidario por los niños y niñas de Nepal", celebrado en el Ateneo de Madrid, el pasado 17 de mayo, a consecuencia de los terremotos sufridos en Nepal durante el mes de abril de 2015.

Los beneficios de este libro van para la ONG Creciendo en Nepal que gestiona escuelas-infantiles para niñas y niños huérfanos en Katmandú.

PARA COMPRAR EL LIBRO: http://www.unariaediciones.com/u/categoria-producto/poesia/

Entre los autores tenemos a conocidos poetas y blogueros, tales como: Cari Jiménez, Francisco Espada, Chelo de laTorre, Mascab.

Yo no soy poeta, pero fui invitada por las organizadoras de esta antología solidaria a colaborar con uno de mis relatos titulado...


 “Entre el miedo y la esperanza”


Estaba a punto de coger el autobús cuando de pronto, la tierra se enfureció y sus entrañas emitieron un rugido aterrador. Tembló como nunca lo había hecho y un montón de grietas se abrieron como bocas hambrientas tragándose todo a su paso. Pasado el temblor me puse en pie y eché a andar con la intención de regresar a casa cuanto antes. 

Al llegar todo estaba en silencio. Solo había escombros y polvo, mucho polvo. Desesperado, me extendí y apoyé la oreja sobre los despojos de la que había sido mi casa.  No supe si lo escuché en realidad o si fue obra de mi delirio, pero unos lamentos sordos surgieron bajo las ruinas. A mi mente acudió el recuerdo de otro temblor ocurrido años atrás, yo deambulaba sin rumbo ni dirección con la mano extendida  palpando el vacío, buscando la de mi madre sin encontrarla, hasta que alguien me tomó entre sus brazos y mi miedo desapareció.

Sacudí mis recuerdos y me puse a remover las piedras. No tardaron en unirse varios vecinos. Rescatamos a algunas personas con vida pero mi madre adoptiva seguía sin aparecer. Seguimos trabajando sin descanso, ansiosamente hasta que mis manos tocaron algo suave, era la tela de su vestido. Mi corazón se aceleró y empecé a respirar agitadamente o no respirando en absoluto, hasta que por fin la pudimos sacar de entre las piedras. Abrió los ojos y nos miramos esperanzados, como la miré aquella vez cuando ella me rescató de un infierno parecido siendo un niño.