El agua piensa, el agua es igual que nosotros y nuestro pensamiento afecta al agua. Soñemos con agua del cielo, enamoremos al agua con bellas palabras. Estamos conectados con el agua a través de nuestra conciencia. El agua es el mensajero de Dios, nuestro intermediario con Dios es el agua.
Aguas mil
Las heridas las curamos con agua oxigenada, las del alma con agua bendita y a la coquetería le echamos agua de colonia. Para la angustia, la ansiedad y el nerviosismo, nada mejor que el agua del Carmen, para las dolencias del cuerpo aguas termales, agua bicarbonatada para la acidez, agüita de babandí para la impotencia y la longevidad, agua potable para beber, agua corriente para ducharse.
Agüitas de todas clases, cañadas de agua, saltos de agua, cascadas de agua, aguas mayores, aguas menores, aguas residuales, museo del agua. Aguas jurisdiccionales, agua de borrajas, bailemos el agua nadando entre dos aguas.
Como agua de mayo espera la moza la llegada de su amante, soñando con el agüita de su boca, rica y fresquita como agüita de nieve, sabrosa como arepitas de agüita de sapo.
El agua tan indispensable en nuestras vidas bien se merece este escrito tuyo. Yo añado el agua clorada de la piscina donde todos los días puedo practicar natación ¿ Que sería de mí sin este placentero deporte ? Besicos
ResponderEliminarSi, como dices, el agua es indispensable en nuestras vidas. ¡Bien! por lo de la piscina. Yo practiqué natación durante muchos años.
EliminarUn fuerte abrazo
El agua en todos sus contenidos me gusta, el mar, el río, un lago, la lluvia, y hasta un charco. Somos agua y vivimos en un planeta de agua y me ha encantado como has unido toda las aguas posibles. Un abrazo
ResponderEliminarA mí también, Ester, el agua, sobre todo, el de la mar, me encanta.
EliminarUn fuerte abrazo
Una entrada deliciosa que va de agua en agua y nos hace la boca agua a nosotros, que estamos compuestos de agua en nuestra mayor parte. El agua siempre necesaria para la vida.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por estas letras delicadas y exquisitas.
Muchas gracias, Isabel. Y si, sin agua no podríamos vivir. Gracias por pasarte por aquí y comentar.
EliminarUn fuerte abrazo
El agua es la vida.
ResponderEliminarDesconocía el agua de babandi, tan interesante, por lo que he leido dificil de adquirir desde nuestras latitudes.
Leo en un blog. "El babandí abunda silvestre a todo lo largo de la costa del Alto Caroni y del rio Yuruari, pero hay que ser experto para distinguirlo de los otros bejucos de la vegetación selvática. Muchos upatenses no conocen realmente la planta, si acaso las raíces que les ha tocado usar algunas veces. En el embalse de Copapuycito, en la laguna del cerro La Carata y en las montañas de la Piedra de Santa Maria existen ocultos viveros de babandi que sólo unos pocos agricultores upatenses saben distinguir y extraer del suelo para luego vender por encargo a veinte bolívares el kilogramo de raíces."
Si, Marcos, el agüita de babandí. Muy conocida en Venezuela. Hoy en día no sé si existirá, me despista este registro que has leído en ese blog que dice que vale veinte bolívares. Hoy en día en Venezuela por veinte bolívares no te compras ni un palo de regaliz. Me alegro que te haya gustado mi entrada. Un fuerte abrazo
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